Introducción a la iluminación UV-C
La luz ultravioleta es un rango de longitudes de onda justo por debajo del rango de la luz visible. Se divide en tres bandas diferentes; la UV-C comienza en 200 nm y llega hasta 280 nm. Dado que el ADN y el ARN de la mayoría de las bacterias y los virus son más sensibles a la radiación de entre 260-270 nm, (la eficacia germicida sube hasta los 310 nm) la luz UV-C es capaz de matarlos y actuar como un desinfectante sin contacto y sin productos químicos. Aunque no siempre es necesario matar a todos los patógenos, la luz UV-C se puede usar para evitar que se repliquen. Así se logra la misma efectividad germicida con niveles significativamente más bajos de exposición a los rayos UV, lo cual es bueno para los materiales y reduce los costos de lámparas, etc.
ADVERTENCIA SOBRE SALUD: La radiación UV-C es una forma de radiación de alta energía y exponerse a ella presenta un posible riesgo para la salud humana; además, puede dañar algunos materiales. Las dosis altas de UV-C pueden provocar quemaduras graves, cáncer de piel, etc. Las longitudes de onda UV muy cortas también producen ozono, que puede considerarse un riesgo para la salud a altas concentraciones. Dado que la luz UV-C es completamente invisible para el ojo humano, es una buena práctica incorporar LEDs de luz visible, como el azul, para indicar que la fuente de luz está encendida.
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