En el mercado mundial, todos los medios parecen ser posibles para los imitadores que descuidan la ética, desprecian los derechos de propiedad intelectual de los innovadores y explotan los diseños de otros para su propio beneficio. Aunque los productos falsificados presentan un alto riesgo de ser de baja calidad y estar fabricados con materiales de calidad inferior, el perdedor final es el cliente. Los productos falsificados pueden parecerse a los originales, pero su rendimiento real es impredecible. Por desgracia, los imitadores suelen demostrar poca consideración por la calidad, la fiabilidad y las pruebas para garantizarlas. Así, el rendimiento del producto copiado y el cumplimiento de las normas y requisitos suponen un riesgo para el cliente. Además, su capacidad para proporcionar asistencia y servicio es escasa en comparación con los fabricantes originales de confianza y consolidados. LEDiL mantiene su compromiso de garantizar una alta satisfacción del cliente y lograr resultados extraordinarios en una amplia gama de aplicaciones.